Hace unos días estuve con unas amigas dando vueltas por el Parque de las Colectividades que está ubicado, exactamente, en la calle Presidente Roca y el río.El espacio esta completamente renovado; lo que poco tiempo atrás eran grandes galpones abandonados ahora están reciclados. Hay un restaurante, unos bares recancheros, muy lindos, con vista directa al río y un gimnasio vidriado, un poco para hacer las actividades disfrutando las maravillosas vistas y, otro poco, para que los usuarios sean observados por los transeúntes de la zona.
Si bien a un costado encontramos estas estructuras de cemento, lo hermoso de este parque es que tiene un gran espacio verde para disfrutar, con una lonita y uno buenos mates. Este domingo de sol estaba lleno de gente, padres con sus hijos, amiguitos y mascotas; grupos de amigos tomando mates y parejas de la mano disfrutando. No faltaban los vendedores de pororó, gaseosas y praliné, entre otras cosas. Lo particular de este espacio es que permite la reunión de personas de sectores sociales completamente distintos y una gran variedad de edades, ya que tiene lugares para jóvenes que aprecien sentarse en los bares a escuchar música, generando grupos de encuentro y espacios para las familias que acarrean reposeras, las ponen debajo de un árbol y se relajan con el ruido del río y de los pajaritos. También están los visitantes fugaces que van caminando por las veredas del parque, sólo miran, charlan con un compañero y, en general, son acompañados por ruidos de autos que pasan por la calle, que también son parte de los visitantes fugaces (pero a mayor velocidad) porque esta también es una forma de paseo, mirando por la ventanilla hacia los costados, hasta encontrar un lugar donde tomar algo...
A medida que vamos caminado por el parque, hacia el lado en que la altura de la calle va subiendo (hacia Boulevard Oroño), nos encontramos con una feria de artesanos, con una gran variedad de puestos que venden objetos diversos. Podemos encontrar puestos de títeres, bijouterie (aros, collares, pulseras, etc), tejidos, artículos de cuero (carteras, billeteras, llaveros, cintos, etc), macetas de caña, caleidoscopios y un montón de cosas más. Estos puestos, al tener productos de elaboración artesanal, en general tienen objetos únicos. Las ferias están llenas de personas que van a mirar, a comprar o, por qué no, también a visitar a algún amigo vendedor.
Para terminar el recorrido (ir a tomar el colectivo, volver caminado o tomarse un taxi), es muy lindo ir paseando por el Boulevard Oroño, lleno de árboles añejos y bancos de plaza para tomarse un descanso. Por ahí pasan personas corriendo, paseando a sus perros, y las que decidieron dar una vuelta. El lugar es hermoso porque además de ser un espacio verde entre calles, en las veredas de sus costados se encuentran grandes casas antiguas, con diseños de los distintos movimientos arquitectónicos, que fueron recicladas y están en óptimas condiciones.
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