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Un alemán en Rosario

Un alemán en Rosario  

El martes en horas del mediodía, nos dirigimos a Hostel Río Brown” ubicado en Brown 1735, en busca de más “historias” para compartir con ustedes. Allí nos encontramos con Alex, un alemán muy agradable, que nos comentó acerca de sus experiencias vividas en Rosario.

 Alex llegó a Argentina en febrero, estuvo de viaje en el sur y trabajando de ingeniero en sistemas en Córdoba (durante 5 meses aproximadamente), para adquirir experiencia en su carrera y para aprender español. Vino a Rosario porque tiene una novia acá, y se queda en la ciudad dos meses más…Antes de hospedarse en el hostel, estuvo viviendo en un departamento, eso no fue una buena experiencia para Alex porque su compañero tenía problemas personales. “Al extranjero se le hace muy difícil alquilar acá, porque se tiene la plata pero no las garantías que solicitan las inmobiliarias”, nos comentaba.Estuvo un buen tiempo en Rosario pero a veces tuvo algunos problemas porque no entendía ciertas  reglas. En una oportunidad tomó un taxi, se subió del lado izquierdo –en Alemania es indistinto, está permitido hacerlo desde ambos lados- y el taxista se enojó mucho y no lo trató muy bien porque no ascendió del  lado apropiado,  “me podría haber dicho lo mismo pero de otra manera”, agrega Alex. Ha vivido en la ciudad durante dos meses, pero ya estuvo antes, Rosario le parece interesante. Le gusta conocer lugares, estuvo visitando el Parque Independencia, el monumento, los museos…Se lamenta haber tenido problemas con la información turística, a veces falta, o hay pero no es correcta, por ejemplo con el colectivo turístico que recorre la ciudad (la costa y el casco histórico) porque éste no apareció, intentó preguntarle a la gente pero nadie le supo decir.Lo que más le gusta  de Rosario es el Museo Histórico y el Monumento. Y lo que debería cambiar la ciudad, para Alex,  es la higiene, “hay un montón de basura en la calle”. También se debería informar a los turistas acerca de los horarios y recorridos de los colectivos, con carteles en la vía pública. Sería positivo que las guías de hoteles, restaurantes, etc. tuvieran categorías: más caro, caro, más barato,  para que el turista pudiera elegir de acuerdo a sus posibilidades económicas.

Otra de las cosas que hizo en la ciudad fue tomar clases de gimnasia, en el “Euro gym”, los profesores son buenos profesionales, hacen su trabajo con el corazón, son amigables con la gente…

En cuanto al servicio de los restaurantes, les parecieron mejor los de las afueras de la ciudad, no tanto los del centro, prefiere pagar un poco más pero recibir una mejor atención, más amabilidad.    

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